18 de febrero de 2011 Cortos argentinos sobre el Bicentenario en feria del libro

Cortos argentinos sobre el Bicentenario en feria del libro
Escrito por Frank Padrón*   PRENSA LATINA
La Habana (PL).- La Feria Internacional del Libro en esta vigésima edición se dedica, entre otras, a los Bicentenarios de la independencia de la región, como el Argentina, que ha traído, junto a un cargamento de valiosas y representativas muestras de su quehacer literario, un programa audiovisual que las complementa.

  En el Pabellón de las culturas invitadas,  se pueden ver
desde veteranos como Leonardo Favio hasta puntales del llamado Nuevo nuevo cine, como Lucrecia Martel, Pablo Trapero y Gustavo Postiglione, pasando por otras autorías no menos respetables (Carlos Sorín, Alberto Lechi y Juan José Jusid, el hermoso país sudamericano vuelve a fundarse desde las imágenes fílmicas de algunos de sus más prestigiosos cineastasdurante los días feriales a disímiles visiones y versiones de la historia argentina con el pretexto de la redonda conmemoración.

El programa en conjunto se titula 25 miradas-200 minutos, y se trata justamente de ello: ese número de filmes de 8 minutos de duración que suman tal tiempo en el cual, según cada estilo y maneras de concebir el cine, se discursa en torno a la Historia dentro de historias individuales, el pasado y el presente, los pasadizos socioeconómicos, psicológicos, personales y colectivos que bullen dentro de la inmensa nación.

Israel Adrián Caetano (Pizza, birra, faso) emplea en El héroe al que nadie quiso la voz in off de una maestra de quinto grado, quien mediante un ejercicio docente pretende motivar y agitar la memoria histórica de sus pequeños discípulos; Marcos Carnevale (Elsa y Fred) elige esta vez el "falso documental", para acercarse imaginariamente a una testigo de excepción: Mercedes, mujer de 212 años a través de los cuales se ha codeado con los personajes más importantes del país durante ese tiempo.

Albertina Carri (La rabia) prefirió introducirse "puertas adentro", valorar cómo el cine durante los decenios 60 y 70 del pasado siglo fue una importante arma política, en su corto Restos.                                                                   Los "herederos" del desaparecido Luis Puenzo (La historia oficial), Lucía y Esteban Pepe vuelven en Más adelante a la carga desde las propias armas fílmicas cuando evocan el año 1910, durante los festejos del Centenario, en que un oligarca encarga a un cineasta un corto conmemorativo que imagine la Argentina cien años después.

Sorín (Historias mínimas) arma un documental en Las voces y el silencio, donde científicos, artistas y otros intelectuales disertan sobre las expectativas nacionales, contraponiendo sus declaraciones a planos de niños que miran a cámara en silencio, abriendo un tácito diálogo intergeneracional.


Dentro de estos y otros tantos cortos que forman el variopinto proyecto audiovisual  late, al margen de preferencias y cristalizaciones estéticas, un mapa de la Argentina en estos dos siglos de independencia, donde tantos devaneos y accidentes, períodos de dictaduras y democracias, de crisis recicladas y "vacas gordas" han conformado una nación compleja y hermosa, emergente siempre pese a los sangramientos y los dolores, que de cualquier manera ha aprendido a aprender de sus conquistas y reveses.

Frank Padrón
*Crítico cubano de cine. Colaborador de Prensa Latina